Cuando hablamos de morfología tipográfica, generalmente pensamos en las clásicas categorías de serif y sans serif. Helvetica, Times New Roman y otras fuentes emblemáticas aparecen de inmediato en nuestra mente. Sin embargo, la verdadera esencia tipográfica no comienza con estas formas establecidas, sino con la generación de simples trazos que, al relacionarse, forman glifos. Estos glifos son percibidos por la visión y convertidos en signos que representan fonemas.
Es fundamental llevar al estudiante a este punto de origen: experimentar con la tipografía desde lo más básico, el trazo y el gesto. Invitarlo a sentir la tinta en el pincel, la textura del papel o la tela, la paciencia de recolectar y extender la tinta. Estos procesos son kinestésicos, pero también involucran la vista, el tacto y una conexión profunda con la expresión tipográfica.
Exploración Sensorial de la Tipografía
En este blog, presento un mood board que busca llevar esta exploración más allá, provocando una reflexión sobre los ejercicios de morfología tipográfica. En las imágenes se pueden observar distintas técnicas experimentales: desde sumi-e y agua con tinta hasta el uso de brochas y pinceles.
Lo importante aquí no es el resultado final como una composición de letras legibles, sino la manera en que la tipografía aparece ante nuestros ojos sin un sentido textual o verbal. Se manifiesta como un diseño puro, como fonema visual sin significado inmediato. Estos trazos recorren la superficie y el espacio, revelando astas, ojos, pies, serifas y remates, los elementos fundamentales que conforman el sistema tipográfico.
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Otro aspecto fascinante de esta exploración es el uso del cuerpo humano en la generación tipográfica. Más allá de la mano y los dedos que sostienen el pincel, los trazos pueden extenderse con el movimiento de los brazos, del torso e incluso de las piernas. De esta manera, la tipografía se convierte en un acto performático, en una sinfonía de brochazos y gestos corporales.
Esta aproximación amplía nuestra comprensión de la tipografía. Nos permite verla no solo como un sistema de signos organizados, sino como una expresión visual y física que puede explorarse desde una perspectiva sensorial y gestual.
Volver a los orígenes de la tipografía a través de la experimentación física nos permite redescubrir su esencia. No se trata solo de diseñar caracteres legibles, sino de comprender la relación entre el trazo, el gesto y la expresión visual.
Si quieres ver mas de este tipo de imagenes encuéntralas en mi Pinterest board profesional.
Te invito a explorar la tipografía desde este enfoque experimental: juega con la tinta, prueba diferentes herramientas y deja que la tipografía surja como una extensión de tu propio movimiento. ¿Qué descubrimientos emergen cuando el trazo es libre y fluido?
Comparte tus experimentos y reflexiones. La tipografía es más que letra: es forma, ritmo y movimiento.
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